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lunes, 15 de abril de 2013

DESPEGUE




Editar mis propias historias es algo que he hecho desde que tengo uso de razón. Si retrocedo en el tiempo, me encuentro con tebeos y cuentos que dibujaba y grapaba cuando tenía apenas cinco años, siempre llenos de monstruos y paisajes extraños. Intentaba emular la montaña de libros de todo pelaje que había en mi casa, desde los Capitán América a los cuentos ilustrados, fabricando las portadas y la tripa con los materiales que tenía a mano (tijeras de punta roma y Cariocas, principalmente). Solo había una copia, la original, ya que no contemplaba otros lectores fuera de los muros de mi casa. Por suerte mi padre los guarda celosamente en una carpeta.

No tardaron en llegar los fanzines “de verdad”, los de veinticinco o cincuenta ejemplares para amigos y despistados. Horribles todos. Pero, para ser justos, el verdadero punto y aparte en mi manera de ver las autoediciones fue, primero, conocer a Mayte Alvarado, y segundo, la creciente atención que comenzaron a recibir los fanzines de todo tipo.

Juntos montamos el blog Los Ninjas Polacos, y bajo su sello editamos una serie de fanzines (Roland, Historias Mínimas, El Hombre Alto y Livianas) en los que buscábamos un acabado y contenido alejados de la clásica publicación colectiva. Trabajos individuales en los que volcar nuestros cuentos.

Pronto el modelo se nos quedó pequeño, claro. Queríamos algo más ambicioso. Manejar mayores presupuestos, alcanzar una mejor distribución, otros formatos y, en definitiva, libros más grandes y trabajados. Todo esto, manteniendo la libertad que permite la autoedición. Es decir, quedándonos con todo lo que nos gusta de los fanzines pero subiendo un poco la apuesta. Creo que la idea de el Verano del Cohete estaba ahí casi desde el principio.

Y así, en algún momento de 2012, decidimos que estábamos capacitados para hacerlo. Tentamos a Rui Díaz para alcanzar el número mágico y aceptó a la primera cerveza. Las reuniones se sucedieron, se fijaron algunas líneas, se le puso un nombre a todo aquello y el resultado está a punto de despegar.

Pero a estas alturas no he explicado qué es exactamente el Verano del Cohete. Diré que editamos libros ilustrados y dejaré que el tiempo defina el resto.

Por ahora todo esto se traduce en Los turistas, una oscura y cálida novela de Rui Díaz que Ana Sender se ha encargado de ilustrar con salvaje alegría. Saldrá a la venta el 9 de mayo. Y para cuando pase el verano real, seguiremos con el artificial.

Dicho todo esto, no me queda otra cosa que invitaros a disfrutar de las agradables brisas veraniegas que nos ha dejado el cohete y que, entre todos, con el tiempo, averigüemos a dónde nos lleva.


Borja González